Para conocer el Propósito de Cristo, nos sumergiremos en un estudio profundo de las dispensaciones de la gracia y la justicia de Dios proclamada por los profetas. Entre ellas, la dispensación del Espíritu Santo. La Obra completa de la Redención de Jesucristo que dio inicio a la Nueva creación celestial de los Hijos de Dios, de acuerdo con la potestad creativa del Verbo divino que se hizo carne y habitó en esta creación.
El Propósito de Cristo
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los Predestinó para que fuesen Hechos conformes a la Imagen de su Hijo, para que él sea el Primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. Rom 8. 28-30
La Predestinación
- ELEGIDOS según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la Sangre de Jesucristo: como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya provisto desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado al final de los tiempos por amor de vosotros, que por medio de él creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, de manera que vuestra fe y esperanza sean en Dios. 1ª P 1. 2, 19-21
- Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el amado, en quien tenemos redención por su Sangre, el Perdón de pecados según las riquezas de su gracia. EF 1. 4-7
- Nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la Gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual Quitó la muerte y sacó a luz la vida incorruptible y la inmortalidad por el evangelio. 2ª Ti 1. 8-11
El Propósito de Cristo revelado a los Hijos de Dios
La ELECCIÓN Predestinada desde antes de la fundación del mundo, conforme al propósito del designio de la voluntad y el beneplácito del Padre, en el cual nos hizo aceptos en Cristo. Ref. EF 1. 3-21
Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo para los gentiles. Si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue concedida para con vosotros; que por revelación se me declaró el misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hombres, como nos fue revelado por el Espíritu Santo:
La INCLUSIÓN en el Cuerpo de Cristo
Que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la Promesa de Dios por medio del evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la Iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al Propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de La Fe en él.
La HERENCIA designada en Cristo. 1ª P 1. 3-5
Le pido a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por La Fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. EF 3. 1-21. Col 1. 24-29
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros. a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén
Las 3 Dispensaciones del Propósito de Cristo en los Hijos de Dios
Las DISPENSACIONES son los tiempos señalados por Dios para que los acontecimientos de su propósito divino tengan lugar sobre la creación y sobre la vida humana, entre las que tenemos las subdivisiones cronológicas de los siglos, de los tiempos, décadas, años, meses, y demás ocasiones de nuestro calendario terrenal
Ahora bien, en estas dispensaciones, el llamado de Dios inicia y concluye el cumplimiento de su propósito eterno en el tiempo y lugar de su manifestación, según el orden y naturaleza de la ejecución de su propia obra. Así, el ministerio de Juan el Bautista fue el cierre de la Ley de Moisés, que, a su vez, presentó a Jesucristo como la entrega de la promesa dada por Dios a Abraham, dando una apertura magistral a la gracia redentora del evangelio del Reino que hoy reconcilia con Dios a los gentiles mediante el poder del Espíritu Santo. Hch 2. 37-43. 5. 12-16
¿En cuál Dispensación nos encontramos hoy, y sobre qué Fundamentos está edificada la Iglesia de Jesucristo?
La Redención. la Plenitud de la Redención de Cristo como la experiencia personal del cambio de nuestra naturaleza humana:
Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, sino con la Sangre preciosa de Cristo, como de un Cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios. S Mc 1. 14-15. 1ª P 1. 2, 19-21
La Edificación del Cuerpo celestial de Jesucristo en la tierra. Bajo la gracia de vivir a Cristo personificado en nuestra vida a través del Verbo creativo de Dios:
Según la administración de Dios que se me dio para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la Palabra de Dios, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora se ha manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria. ‘’Rom 6. 14. 11. 25‘’. Col 1. 24-29
El Establecimiento del Reino de Jesucristo en toda la creación por medio del evangelio
Somos el testimonio viviente del Cuerpo celestial de Cristo presentado a toda la creación, mediante la resurrección, y el glorioso evangelio de nuestra salvación.
La gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo nos hace partícipes de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la Iglesia, a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al Propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la Justicia de La Fe en él. EF 3. 8-12. Col 1. 15-23. 2ª Ti 1. 8-11
Los Hijos de Dios estamos siendo hechos conformes a la Imagen de Jesucristo. Este misterio del Poder de Dios no procede de ninguna otra obra particular, sino que el glorioso evangelio de Cristo está creciendo y llevando fruto en nuestras vidas mediante la Vivificación del Espíritu Santo, que efectúa la Justicia redentora del Padre reservada desde antes de la fundación del mundo, con la cual nos ha hecho Justicia de Dios a través de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.
Las más grandes Insignias del Propósito de Dios en Cristo
El ministerio de la Iglesia consiste en las riquezas de la herencia eterna de la vida de Cristo concedida a los hijos de Dios. 1ª P 1. 3-12
- Las Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, que no se habían revelado a los hombres. 1ª Cor 2. 9
- La Vida incorruptible por medio del evangelio de Jesucristo. 2ª Ti 1. 8-14. Tit 3. 4-7
- Los Bienes venideros del mejor Pacto, de las mejores promesas y de los mejores sacrificios que nos hacen participes de la naturaleza divina de nuestro Origen creativo mediante la fe en Jesucristo. He 9. 11-26
Es por lo que debemos añadir a nuestra Fe el conocimiento de aquel que nos llamó, y las Virtudes de Cristo que nos dan amplia y generosa entrada en su Reino eterno, en quien tuvimos Redención, el perdón de pecados conforme a las Riquezas de su gracia. Col 1. 9-11
Dios nos escogió, nos reconcilió y nos bendijo en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, habiéndonos predestinado para ser adoptados Hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su Sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia.
De modo que, Dios nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. EF 1. 4-10
Los gentiles esperábamos en Cristo, (EF 1. 12), porque por medio de él los unos y los otros tenemos acceso a esta gracia, en la cual estamos firmes, y nos gozamos en la esperanza de la gloria de Dios. Rom 8. 18-27. EF 2. 18. Col 2. 27
Porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos dio de parte de Jesucristo. (Rom 5. 1-11). Porque él es nuestra reconciliación y nuestra paz, que de ambos pueblos hizo y edificó un solo y nuevo hombre, en el cual se derramó la Promesa del Padre, para todos cuantos el Señor ha llamado en Jesucristo. Hch 2. 38-39
La Familia del Padre
La Conciliación de la Iglesia consiste en la unidad y el amor fraternal del Padre como la gran familia de Dios, en la que sus hijos comparten los bienes eternos de las Inescrutables riquezas de su redención y de su herencia divina, edificados como un solo Cuerpo en Cristo. EF 4. 1-16
Es la Gestión de perfeccionar a los santos mediante la exposición de los términos del misterio de la gracia de Cristo concedida a los hijos de Dios, sobre los bienes eternos de su redención, y de la herencia divina que concilia sus vidas en la comunión fraternal de la Iglesia como una Identidad celestial.
Tal Posición del Creyente en Cristo requiere la buena intención y la actitud obediente del corazón que Dios aprueba para que sus valores divinos sean establecidos en su vida. Por tanto, Dios ha reservado El tesoro de la revelación de los misterios de su Reino para los que son acogidos como niños amados en Cristo; a fin de otorgarles el premio de la esperanza de La Fe que los conduce a agradar al Padre en toda buena obra, en la gracia y en el gozo de participar de su gran familia celestial.
Y Él mismo constituyó apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la Edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de La Fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la Plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. EF 4. 11-16
La Doctrina del Hijo
Jesús es el creador de todas las cosas, y sin él nada de lo que se ha hecho, se hizo
En él está la vida, y la vida es la luz de los hombres. La luz que en las tinieblas resplandece, y que las tinieblas no prevalecen contra ella. Porque de su Plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. Pues la Ley por medio de Moisés fue dada, pero la Gracia y la Verdad vinieron por medio de Jesucristo. S JN 1. 1-5, 16-17
Y Jesús es la Cabeza del Cuerpo que es la Iglesia, y él es el principio, el Primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la Preeminencia; por cuanto tuvo a bien el Padre que en él habitase toda Plenitud. Col 1. 18-19
Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace
Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo. S JN 5. 20-26
Los hijos de Dios son santificados en la verdad; la doctrina del Padre, por lo que Jesús se santifico a mí mismo, para que seamos santificados en la verdad. Jesús dijo: El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. El que me ama, mi Palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis Palabras; y la Palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. S JN 14. 21-24
El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta. He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. S JN 7. 17. 17. 6-19
Conclusiones de Jesús
Y llamando a la gente y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles. S Mc 8. 34-38
¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo? Todo aquel que viene a mí, y oye mis Palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante
Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca. Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa. S Lc 6. 46-49
La Palabra verdadera del evangelio que hemos recibido contiene toda la referencia veraz del mensaje y la demostración del Hijo de Dios. Por tanto, para los que hemos recibido al Espíritu Santo, Jesús es la sabiduría y la Inteligencia divina que constituye la vida misma del Padre en nuestro ser, no solo como nuestro salvador y redentor, sino como la promesa misma de la vida eterna. En él está basada toda nuestra fe como hijos de Dios. Col 1. 15-23. He 1. 1-3. 1ª JN 1. 1-3
De manera, que, el evangelio no sirve de nada, si no se recibe personalmente a Jesús. No sirve de nada, si el creyente no recibe al Espíritu Santo en su vida. Y más aún, las riquezas, tanto materiales como espirituales que se puedan obtener, tampoco sirven de nada si no se tiene a Cristo como el centro más importante de toda su existencia. Por lo tanto, el Espíritu de sabiduría y de revelación que se nos ha dado consiste en el conocimiento del misterio del Padre y de Cristo sobre la Iglesia, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra. EF 1. 15-23. 3. 14-21
Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito de Cristo y la gracia que se nos dio en él antes de los tiempos eternos, que ahora ha sido manifestada mediante su redención, con la cual abolió la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio. 2ª Ti 1. 8-11
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